La adopción de herramientas de Inteligencia Artificial (IA) está transformando de forma acelerada los servicios profesionales, y la consultoría especializada no es la excepción. Me animo a escribir sobre este tema por una conversación que tuve con un sobrino que está estudiando derecho y exploramos sus posibilidades de contratación luego de terminar sus estudios.
La reflexión de la conversación es que sabemos que la IA asiste en el proceso de automatizar tareas repetitivas sin mucho esfuerzo técnico, así como puede formular argumentos y generar documentos. Sale a flote la pregunta ¿cómo se van a posicionar los profesionales jóvenes frente a esta ola de digitalización que está transformando justamente aquellas tareas que antes les servían como puerta de entrada al mundo laboral?
Oportunidades para los profesionales junior
Un debate clave gira en torno a la contratación de talento joven. En muchas consultoras, las tareas repetitivas (extracción de datos, revisión de tablas, edición de textos, etc.) han sido parte del “proceso de aprendizaje” para nuevos consultores. Si esas tareas se automatiza, ¿dónde aprenden los nuevos profesionales? ¿qué tareas les quedan como puerta de entrada?
Esto podría ser preocupante si las consultoras no replantean sus procesos de formación. Pero también es una gran oportunidad: liberar a los juniors de tareas mecánicas puede permitirles adquirir experiencia en temas más estratégicos desde el inicio, siempre que cuenten con guía y mentoría adecuadas.
¿Qué tipo de organizaciones ganarán en esta transición?
No todas las consultoras adoptarán la IA al mismo ritmo ni con la misma mentalidad. Las que probablemente lideren serán aquellas que:
- Tienen una cultura de aprendizaje continuo, donde todos (senior y junior) se actualizan con frecuencia.
- Ven la IA como una extensión del equipo, no como una amenaza.
- Documentan y sistematizan su conocimiento técnico, para que la IA pueda amplificarlo.
- Invierten en procesos y no solo en personas, creando estructuras que escalen con tecnología.
En otras palabras, las empresas que no solo adoptan tecnología, sino que evolucionan su forma de pensar y trabajar.
El verdadero valor de la consultoría: creatividad y contexto
Más allá de la automatización y la eficiencia, el valor real de los servicios de consultoría sigue estando en la creatividad humana y en la capacidad de contextualizar soluciones a partir de experiencia pasada, comprensión del entorno y matices cualitativos que hoy la IA aún no puede internalizar.
Los profesionales junior que logren desarrollar y aplicar esta forma de generación de valor —pensamiento crítico, lectura del contexto, sensibilidad ante realidades complejas— serán quienes mejor se posicionen en el mercado laboral del futuro.
Sin embargo, aquí surge una paradoja: la capacidad de contextualizar y proponer creativamente suele construirse a partir de la experiencia, algo que, en los modelos tradicionales, se desarrollaba gradualmente mediante exposición a casos reales. Este desafío nos obliga a repensar no solo cómo se forman los nuevos talentos, sino también cómo estructuramos los equipos y los procesos de mentoría en una era donde la IA puede hacer cada vez más en menos tiempo pero aún no puede reemplazar la intuición formada a lo largo de una trayectoria profesional.